viernes, 13 de mayo de 2011

Wicked Ángel


Por: Sergio López

“La diferencia entre una persona normal y un psicópata es la capacidad de amar a los demás. La maldad sólo puede amarse a sí misma.”
Publicada en 1965, Taylor Caldwell presenta en Ángel Malvado (Wicked Ángel) un caso dramático que pretende determinar la naturaleza, funciones y consecuencias de la psicopatía como un defecto de nacimiento absoluta y totalmente negativo. La premisa es la situación particular de la detección de un psicópata por una mujer en la forma de su sobrino cuando éste tenía tan sólo dos años de edad. A partir de entonces, la historia profundiza en un seguimiento de años en los que se considera y discute el desarrollo del niño, con evidente incredulidad y negación por el resto de sus familiares que no conciben lo que para ella está a la vista. Con una narrativa sencilla, la autora trasluce la actitud y modo de pensamiento de los personajes, todo girando en torno a la cuestión del niño, que ejemplifica una variedad de características comunes de esta clase de individuos: socialmente adaptables por pura conveniencia, habilidad para el disimulo y el engaño, capaces de reaccionar de la manera más inesperada e impulsiva bajo presión.

 El análisis de los estudios aclara que los psicópatas nacen como tales, limitándose un poco ante el alcance al que habían llegado en esa época ya que toman posiciones derrotistas en textualmente admiten que la única “cura” para estos individuos es tenerlos en animación suspendida por el resto de sus vidas o aplicarles una lobotomía severa (técnicamente no se trata de modificar la conducta sino de injertar un alma a un cuerpo que nunca ha tenido, según la idea general que da el libro, aunque los factores dependen mucho del ambiente en que se desarrollan o de ser un autentico psicópata de nacimiento).

En un principio, desde una perspectiva superficial, la trama parece centrarse en el fatídico hecho de que un niño, un ser supuestamente inocente, se le considere capaz de incluso llegar a los extremos de cometer un asesinato premeditado por la protección de sus propios intereses, siguiendo su retorcido punto de vista en que jamás admitir que lo que haga está “mal”.

 La autopreservación es la reacción instintiva en esta clase de individuos, haciendo notar como el niño aprende desde el principio a ganarse a la gente, empezando con sus padres, maestro y compañeros, y dejando entrever las posibilidad de emplear la falsa aura de encanto como una habilidad que le permite abrirse paso y gozar de los beneficios para mostrar su verdadero rostro sólo ante la familia que habrá de forjar por ser los únicos con los que haría falta fingir. Ese es un caso que ha sido retomado y adaptado en otras obras o películas pero de lo que realmente nos relata Caldwell no es sí un niño es capaz de cometer tales atrocidades o llegar a un nivel tan elevado de manipulación, sino que un niño psicópata de nacimiento, sí podría hacerlo, pero debido a la idea general sobre la predominante “inocencia” que indica que no son responsables de sus actos, casi nadie podría percatarse de ello hasta que fuera demasiado tarde para prevenir una tragedia.


Mediante este libro, podemos entender mejor este tema, que por sórdido que parezca, es parte de la vida real. 

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