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La vista clavada en el horizonte turbio, camina con tranquilidad, con el conocimiento adquirido durante todo un año, y la experiencia de sus 19 años. Entrevistado en la biblioteca de la facultad de Ciencias Humanas, Juan Pablo Magaña, joven mexicalense, nos habla de sus inquietudes, sueños, aspiraciones y deseos de no perderse en la masa anónima de estudiantes.

Los lentes delgados, el cabello desaliñado, sensible, directo, seguro de si mismo, es un intelectual en potencia. Sus sueños transitan por el camino de la psicología. Convertirse en un profesional importante en su ramo, con categoría y prestigio, es una de sus principales metas.
Juan Pablo se esfuerza diariamente, está comprometido con la verdad y se considera una persona lúcida. Abre sus ojos muy temprano, despierta así a la vida de las ilusiones. Por la mañana acude a la facultad y por las tardes forma parte del coro sinfónico. Una ardua labor la de dividir el tiempo para cumplir con las responsabilidades.
Caminar es una de sus pasiones, recorrer distancias le permite observar cómo todo gira en su entorno, transitando el camino bajo el sello del desconocido. Amante de los libros y la música.
 Como a cualquier joven, a Juan Pablo le gusta salir a divertirse con su grupo de amigos, “salimos a karaokes, reunirnos en casa de compañeros, no soy mucho de antros, porque ahí casi no puedes hablar”, nos dijo. Al cuestionarlo sobre cómo se vislumbra dentro de cinco años, nos comenta que, desea hacer su maestría en el área clínica. Este estudiante tiene sus metas bien marcadas, con ansias tremendas de comerse al mundo y destacarse en su profesión.
Juan Pablo Magaña, alumno del tercer semestre de la Facultad de Psicología, es uno de los tantos estudiantes que cursan sus clases en esta escuela y cuando egrese, se convertirá en uno de los miles de profesionistas de esta carrera. Al final del día, los anhelos que se logran.